Susana García – Necesitamos más referentes femeninos

Susana García es Product Owner en Kurago. Tras años de intensa trayectoria, Susana es un ejemplo de éxito y liderazgo femenino en el mundo de la ingeniería de software.

En esta entrevista nos explica a grandes rasgos su experiencia y cómo cree que ven la profesión las más jóvenes. Como ella misma dice, se encuentra en una situación privilegiada, que, por desgracia, en muchas ocasiones otras mujeres no tienen la oportunidad de experimentar, ya sea porque se sienten limitadas y no se animan a estudiar carreras científicas, o porque no encuentran su sitio en el mercado laboral.

¿Qué estudiaste? ¿Cómo fue tu experiencia?

Estudié Ciencias Físicas en la UPV, hice una especialidad de Electrónica y Automática. Fue una carrera bastante dura, pero a nivel personal para mí fue una experiencia vital única, supongo que como para la mayoría de la gente.

¿Había muchas mujeres estudiando lo mismo?

En mi caso, en ciencias físicas sí que había bastantes mujeres en la carrera. A pesar de ser una carrera científica o técnica, que siempre asociamos a una mayor presencia masculina, en este caso yo tenía muchísimas compañeras.

¿Tiene que ver eso con que sea una carrera a priori más teórica?

Yo creo que sí. Las ingenierías han sido tradicionalmente carreras más asociados a lo masculino. Yo creo que el hecho de que físicas o matemáticas se vinculen a priori a un ámbito más académico hace que haya más presencia femenina. En mi caso no he tenido esa sensación de ser una minoría, como pueda darse en carreras como las ingenierías.

Cuando tomaste la decisión de estudiar Físicas, ¿encontraste algún tipo de reticencia?

En mi caso, ninguna. Tenía varias carreras en mente y tenía claro que quería hacer una carrera técnica. Luego tienes que buscar algo que te haga sentir bien y que te guste.

Yo llegue a pensar en la opción de una ingeniería y aquí sí que me pasó una cosa curiosa. Un amigo de mis padres era ingeniero industrial y, cuando le comenté que estaba pensando en hacer una carrera técnica y me rondaba la idea de una ingeniería, fue muy tajante y me dijo: “No hagas una ingeniería industrial porque es un mundo muy “masculino”, hay muy pocas mujeres. Igual mejor que hagas otra ingeniería como telecomunicaciones o así”. Eso sí se me quedo grabado.

Finalmente, no elegí una ingeniería. No por ninguna reticencia, sino porque no se me daba bien el dibujo técnico y pensé “si le quito el dibujo técnico a la ingeniería me quedan físicas o matemáticas”. Pero no he olvidado aquella conversación.

Otra cosa que creo que marcó en cierta manera mi camino fue una profesora de Física que tuve en el instituto. Ella fue un referente para mí, admiraba lo que hacía y me parecía muy interesante. Ella y otro profesor me marcaron. Creo que tener referentes es fundamental.

Aunque en tú caso no fue relevante ¿crees que un comentario así puede desincentivar a una chica a no estudiar algo que le gusta?

Sí, totalmente. Imagínate: tienes 17 o 18 años, estás pensando qué estudiar y un señor ingeniero te dice eso, que es un mundo muy masculino. Te lo pinta así, y está claro que eso puede ser determinante. Más con esa edad, en la que estás muy indecisa.

Para conseguir fomentar la vocación científica entre las niñas creo que es fundamental que tengan referentes alrededor.

¿Cómo comenzaste en el mundo laboral?

La carrera de Físicas es bastante teórica, pero luego la especialidad fue un poco más práctica, más relacionada con el mundo industrial. Cuando terminé no me sentía suficientemente preparada para adentrarme en el mundo laboral sin más. Así que me decidí por un intermedio entre el mundo académico y el profesional: una beca del Gobierno Vasco para ingenieros para trabajar en un centro de investigación. Tenía un 10% de posibilidades y entré. Era una beca de dos años y como primera experiencia laboral fue increíble.

Empezar no me costó gracias a esto, pero sí elegir el camino profesional por el que después me decanté. Yo no soy ingeniera de software, aunque esté en este mundo. Lo que sí que es cierto es que tengo una base muy técnica, muy matemática, y eso me ayudó a entrar en el mundo del software y finalmente en la industria de la chapa. Cuando empecé a trabajar, vi que había más relación de la que pensaba entre lo que había estudiado y el mundo industrial.

¿En el trabajo alguna vez te han tratado de manera distinta por ser mujer?

En mi caso, yo no lo he vivido así. No me he sentido discriminada en mi puesto de trabajo por ser mujer. Sí que he estado en empresas más tradicionales en las que a veces he sentido cierto trato paternalista. Y sí he sido en muchas ocasiones la única mujer en el departamento, aunque eso creo que viene dado más por el mercado laboral que por un sesgo al hacer la selección.

En lo que respecta a mi  trabajo, siempre me he sentido valorada igual que mis compañeros. Aunque tengo la sensación de que en ocasiones me han dado puestos relacionados con la gestión por ser mujer. Por alguna razón me han promocionado a mí porque creían que podía hacer mejor ese trabajo que uno puramente técnico, de ahí lo que comentaba antes de esa sensación de cierto comportamiento paternalista. No sé si realmente era así, pero sí ha sido mi sensación.

En Kurago ¿Cómo son las circunstancias y la dinámica de trabajo?

En Kurago se tiene en cuenta la experiencia y el conocimiento personal. Además, aquí me ha pasado una cosa curiosa, yo tengo un niño de dos años y tengo que decir que desde que me incorporé de la baja maternal me han ido mejor las cosas. Justo lo contrario de lo que se supone que suele pasar. En este sentido yo he tenido la oportunidad de afrontar nuevas responsabilidades.

Además, aquí desde el primer momento me han respetado mi reducción de jornada y esto no ha supuesto ningún límite para asumir nuevos retos. Sé que soy una privilegiada, porque lo habitual suele pasar cuando vuelves de una baja maternal es que haya un tiempo en el que tienes ciertas limitaciones en tu crecimiento profesional.

¿Tienes perspectivas de crecimiento dentro de la empresa?

Sí, estoy justo en ello. Desde que empecé, he evolucionado mucho en muy poco tiempo: de ingeniera de software, a ingeniera de requisitos y ahora Product Owner. Mi crecimiento ha sido exponencial, aunque esto es gracias a mi experiencia anterior, claro.

¿Cómo crees que se debería incentivar a niñas jóvenes a elegir carreras científicas/técnicas?

Que haya referentes alrededor de ellas es un punto importante. No me refiero ya a que conozcan los nombres de las grandes científicas, sino que ellas puedan ver que hay mujeres que se dedican a este ámbito y que es una opción más para ellas.

Al final, este mundo también te tiene que atraer, tienes que ver que te motiva y, hay que ser sincera, no son carreras fáciles. Por esta razón, lo fundamental es que tengas vocación y que case con tus habilidades y capacidades. Necesitamos despertar el interés desde los primeros años de formación.

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