¿Necesita estándares la fabricación digital?
¿Qué significa “estandarizar”? ¿Necesita la industria de la chapa estándares en su proceso de digitalización o son solo normas para obtener un sello de calidad? ¿Se obtiene algún beneficio real de la estandarización?, ¿Puede realmente contribuir a la transformación de un sector? Estas son algunas de las preguntas que nos podemos plantear a la hora de analizar la necesidad de una estandarización de la smart factory para el sector de la deformación metálica.
Con el término Fabricación Inteligente nos referimos a una fabricación que pretende lograr la aplicación de la tecnología de la información en todos los procesos que hacen posible que una organización opere a diario. Si lo aplicamos al sector de la chapa, lo primero que se pretende lograr es mayor eficacia y eficiencia de la cadena productiva, con el objetivo de generar respuestas más rápidas a las demandas exigidas por el mercado.
En definitiva: acelerar la toma de decisiones, para llegar a esta mejor y más efectiva toma de decisiones es primordial disponer de toda la información sobre el negocio, independientemente del proceso del que se trate o de su localización en las instalaciones. Para ello es necesario tener información fiable.
Teniendo en cuenta que la fábrica digital tiene como objetivo que la tecnología ayude a tomar mejores decisiones y de mejor manera y que, para ello, se necesita disponer de toda la información independientemente del proceso o su localización, está claro que el futuro pasa por la digitalización de los procesos inherentes a cualquier compañía.
Para poder fomentar una mayor digitalización de los sectores industriales, muchos estados han fomentado programas que contribuyeran a la estandarización de la fábrica digital. Contamos con ejemplos en todo el mundo, países como Corea, Estados Unidos, China y Alemania han lanzado proyectos de índole estatal para conseguir crear road maps para la estandarización de sus conceptos de fábricas digitales. Este esfuerzo pretende ser un disparador para la aceleración de la digitalización en los ámbitos industriales, pero estos intentos siguen siendo iniciativas locales que no han llegado a universalizarse y suponen un marco general que en la práctica permeabiliza de manera desigual en los diversos sectores, dependiendo de su grado de madurez.
¿Qué significa normalizar o estandarizar?
¿Pero qué es exactamente afrontar el trabajo de estandarización o normalización? Según la Organización Internacional de Normalización (ISO), la normalización es la actividad que tiene por objeto establecer, ante problemas reales o potenciales, disposiciones destinadas a usos comunes y repetidos, con el fin de obtener un nivel de ordenamiento óptimo en un contexto dado, que puede ser tecnológico, político o económico.
La estandarización es imprescindible para la universalización de la Smart Factory en el sector de la deformación metálica, y de manera más general, en cualquier sector industrial.
Esta definición suena muy abstracta o alejada de nuestras necesidades, sin embargo, podríamos definirla de manera más sencilla como el establecimiento de especificaciones y normas técnicas que faciliten la integración de los procesos vinculados a distintas organizaciones y diferentes sistemas. Para lograr, en definitiva, una cooperación y conexión entre todos los niveles de una industria que ayude a tomar mejores y más ágiles decisiones.
Esto significa que, sin una normalización, la cooperación no se producirá (o al menos no será tan fácilmente implementable) lo que impedirá la conexión entre los distintos actores que están presentes en la operativa diaria de cualquier organización, complicando, en este caso, la digitalización de la industria. Haciendo imposible que se disponga de la información necesaria para tomar decisiones correctas, por lo tanto, la estandarización es imprescindible para la universalización de la Smart Factory en el sector de la deformación metálica, y de manera más general, en cualquier sector industrial.
Objetivos de la normalización
De manera más concreta, la estandarización persigue tres objetivos:
- Simplificación: se trata de reducir el número de modelos y de normas para quedarse únicamente con los más necesarios.
- Unificación: permitir los intercambios y las comparaciones a nivel internacional.
- Especificación: se persigue evitar errores de identificación, creando un lenguaje claro y preciso.
Es importante anotar las elevadas sumas de dinero que los países desarrollados invierten en los organismos normalizadores, tanto nacionales como internacionales, esto es un indicio claro de la importancia que se da a esta cuestión. El organismo más conocido en esta área es el Organismo Internacional de Estandarización (ISO).
Beneficios de la normalización
En muchos casos los beneficios de las normas son desconocidas para una gran parte del mercado. El mayor beneficio está ligado a su ambición final: mejorar el estado y los resultados de una empresa.
Permite tener certidumbre sobre cómo ha de producirse la interrelación entre softwares, dispositivos, y máquinas
Uno de los principales beneficios de las normas es favorecer la interrelación dentro de cualquier ámbito laboral y profesional. Además, disponer de un modelo de normas a nivel empresarial permite que las comunicaciones establecidas tengan mayor armonía al hablar el mismo idioma. En definitiva y en el caso de la fábrica digital, permite tener certidumbre sobre cómo ha de producirse la interrelación entre softwares, dispositivos, y máquinas.
Por tanto, en el caso de que una industria precise de la conjunción de distintos proveedores tecnológicos para completar su agenda hacia la fabricación digitalizada, la estandarización debe convertirse en un aliado indispensable para asegurar la compatibilidad, escalabilidad y mantenibilidad de su proceso digital. Proporcionar una guía sobre cómo debe ser el software en cada uno de los niveles de una compañía.
La clave: el software y la cooperación de todos los actores
Aunque hasta ahora no lo hemos mencionado, un software de gestión es lo más usual para articular la automatización y digitalización de todos los procesos operativos de la organización. Hoy en día toda organización cuenta con sistemas y software de distintos orígenes, y, por tanto, de distintos proveedores.
Disponer de la información de lo que sucede en la operación de una compañía, de manera transversal, en todos los procesos y departamentos se hace vital para poder acelerar la toma de decisiones en entornos en constante cambio. Si a esto añadimos la necesidad de interconectar la cadena de producción, sin duda va a aflorar la necesidad de integrar soluciones de distintos fabricantes. Y no solo a nivel de software, hablamos de que cooperen y se coordinen con máquinas y hardware. En todo este camino hacia la fábrica digital. la normalización o estandarización puede contribuir a hacer esta cooperación y conexión más sencilla.