Under Pressure
Un día tu compañía está en uno de sus mejores momentos. Las ventas se han duplicado en el último ejercicio y todo parece ir sobre ruedas y al día siguiente: aparece una pandemia, se desencadena un evento macroeconómico, político o cualquier otra cuestión ajena a tu control y te encuentras en la mayor de las crisis, así sin comerlo ni beberlo. Por tu cabeza cruzan miles de pensamientos, recuerdas todos los planes de expansión que tenías, los proyectos para ampliar el taller, contratar a más personal. Del momento más álgido a la depresión absoluta puede haber una diferencia de días.
Lo importante en todo caso es conseguir mantener el control tanto en los momentos de euforia, cuando todo va bien, como en los momentos en los que todo parece ir mal. Para ello debes ser capaz de empatizar sin ser excesivamente emocional. Es aquí donde entra en juego la agilidad emocional, un estado que te permita tomar las decisiones adecuadas incluso en momentos de enorme presión.
Contar con el software adecuado te proporciona datos con los que evaluar lo que está ocurriendo en tu empresa de manera objetiva. Esto contribuye a detectar con antelación posibles desviaciones que puedan generar un problema en esos momentos de bonanza en los que todo funciona a la perfección aparentemente, lo mismo que las áreas por las que puedes apostar cuando la compañía no va bien. Esto te permite poner el foco en la toma de decisiones, evitando tener que ocupar parte de tu propia capacidad en esa recogida de datos.
Utilizando la analogía de un coche, sería como cuando te encuentras circulando en una recta, todo parece ir bien, puedes acelerar sin problema y no importa demasiado el coche que estés utilizando. Es en el momento en el que detectas que se acerca una curva cerrada en el que empiezas a plantearte si tu coche será capaz de responderte para evitar un accidente, si serás capaz de tomar la curva sin problemas y poder llegar a la siguiente recta. Los frenos, los neumáticos y el resto del equipamiento del coche en una empresa serían las máquinas, el software y los partners con los que cuentas. Contar con un mejor equipamiento puede suponer no salirse de la curva y transitar hasta la siguiente recta.
La agilidad emocional es un estado que te permita tomar las decisiones adecuadas incluso en momentos de enorme presión.
Seguro que en los últimos meses has escuchado muchas veces que solo las compañías que consigan convertirse en verdaderas fábricas digitales se adaptarán a los nuevos tiempos con éxito. Yo creo que quienes conozcan bien sus rasgos diferenciales y sepan explotarlos serán los que consigan adaptarse y en esta adaptación, la digitalización supone un plus que les permitirá aprovechar de la mejor manera posible las oportunidades que surgen en estos escenarios de incertidumbre.